Para educar a un niño hace falta la "tribu" entera. Toda la sociedad debe implicarse en la educación, con una visión amplia, multidisciplinar e integradora.

miércoles, 18 de marzo de 2009

PLAN BOLONIA

¿QUÉ APORTARÁ A LA FORMACIÓN DE NUESTROS UNIVERSITARIOS?

Artículo publicado en el nº 10 de la revista "La Escuela en Alcobendas". Aquí se incluye el articulo completo (el texto en color azul no se publico en la revista por limitación de espacio).


Sara Gutiérrez Álvarez
Estudiante 4º de Periodismo


MADRID.- El Plan Bolonia no viene de ahora, ya tiene sus precedentes. Se implantó en 29 países de la Unión Europea y actualmente llega a España, creando caos que se ve reflejado en las manifestaciones estudiantiles recientes en diversas Universidades de las diferentes Comunidades Autónomas de nuestro país.

Este acuerdo se firmó antes sin tener conocimiento absolutamente nadie acerca de sus objetivos. El Proceso de Bolonia se remonta a 1999, cuando los ministros de educación firmaron un acuerdo en la ciudad italiana de Bolonia para iniciar el Espacio Europeo de Educación Superior que recibe el nombre de Declaración de Bolonia antes del año 2010. A partir de ahí se inició el proceso de convergencia que tenía como objetivo facilitar el intercambio de titulados en los países de la Unión Europea, así como adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales. Todo esto hizo que se produjese la creación del Espacio Europeo de Educación Superior, un ámbito al que se incorporaron países incluso de fuera de la Unión Europea y que sería un marco de referencia para las reformas educativas posteriores que muchos países llevarían a cabo en este nuevo siglo XXI. En otras palabras, lo que intenta hacer el Gobierno español es algo parecido a una gran Universidad Europea homologada.

Los cambios que se quieren llevar a cabo en la educación universitaria española principalmente, son: En primer lugar, más autonomía de las universidades, lo que conlleva una enseñanza enfocada a las actuales necesidades sociales y laborales, es decir, a que las empresas entren en la universidad. En segundo lugar, a partir del próximo curso 2008/2009, empezaremos a tener títulos de 4 años, el grado, el máster de 1 a 2 años y el doctorado como especialización posterior, ya que no sólo servirán los conocimientos adquiridos, sino sobre todo, ponerlos en práctica. En tercer lugar, mayor calidad a través de la evaluación y acreditación que se adapte a los criterios de este Plan Europeo de Enseñanza. En cuarto lugar, habrá transparencia absoluta, ya que los estudiantes y el resto de la sociedad estarán informados sobre las características de las titulaciones que se ofrecen y los resultados de las evaluaciones a las que se someten. En quinto lugar, flexibilidad a la hora de diseñar los nuevos títulos que permitirá responder a las necesidades de una sociedad abierta y en constante avance. En sexto lugar, el sistema de reconocimiento y transferencia de créditos facilitará la movilidad durante y después de los estudios entre títulos y universidades. Esto quiere decir, que todas las carreras se estructurarán en créditos ECTS, que se obtienen no sólo por horas de clase, sino también por prácticas complementarias realizadas por el alumno fuera de clase. Y por último, aparecerán las becas-préstamo para financiar a los estudiantes. Los alumnos que las soliciten pueden recibir una cantidad de dinero que deberán devolver cuando consigan el sueldo medio. Si en 15 años no tienen un trabajo bien remunerado, quedan exentos de devolver el préstamo.

Pero esta reforma que se pinta tan bien a simple vista, también va a traer graves consecuencias tanto a estudiantes como a profesores, y es por ello, por lo que hay este amplio movimiento estudiantil y docente contra Bolonia. El Plan Bolonia supone la desaparición de carreras, sobre todo las que tengan un escaso número de alumnos, e integrar unos másteres oficiales no subvencionados por el Estado que oscilarán entre los "1.500 y los 13.000 euros", mientras que los actuales estaban entre los "600 y 1.500". De esta manera, no todos los estudiantes podrán realizarlos, ya que no se lo podrán permitir y se tendrán que conformar con el grado de 4 años que no les valdrá para nada. Además, con esto se quiere conseguir que los estudiantes estén muy preparados y cualificados para acceder al mundo laboral, en vez de preocuparse por que aprendan mejor a través de otros métodos. Lo cual conlleva que con Bolonia, las universidades públicas sean financiadas por las empresas privadas, es decir, que comience a financiarse por sí misma. Esto amenaza que permanezcan carreras de letras como Filosofía e Historia, "porque no interesan", incluso de ciencias como Biología o Químicas. También se pretende reducir las licenciaturas y diplomaturas a 4 años, y se llamarán Grado. Superada esta fase, para poder ejercer determinadas profesiones los estudiantes deberán realizar un máster universitario, como es en el caso de los licenciados en Derecho. Con lo cual habrá menos tiempo para estudiar, ya que habrá que compaginar los estudios con el trabajo. Y no quedará otra, porque para obtener los créditos ECTS habrá que hacer las dos actividades. Además, se endurecerá la selectividad para que accedan menos estudiantes a los estudios universitarios. En cuanto a los profesores de ESO y FP tendrán que estudiar un curso más para ejercer.

Los alumnos y profesores de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid han dado su opinión sobre el Plan Bolonia a la Revista FAPA.

"Nos han tenido muy desinformados durante muchos años, de repente, nos lo hemos encontrado encima y por lo general la mayoría de los estudiantes no sabemos lo que significa el Plan Bolonia. Pero un profesor nos lo ha explicado en clase y creo que es bastante surrealista que se vaya a hacer algo, estando en desacuerdo tanto los alumnos como los profesores. Además nos va a venir mal a los estudiantes, debido a que no hay profesores, ni clases para hacerlo. Y a parte, nos va a perjudicar a los alumnos porque si los profesores no están a favor de este plan, no lo van a hacer bien", explica Juan Moñino Pérez. Tiene 25 años y es estudiante de 5º curso de Periodismo.

Laura González Martínez explica: “En líneas generales, no me parece bien. Me parece bien en el sentido de que voy a poder estudiar en cualquier país europeo que se equivalgan las cosas, pero no en cómo se equivalen. explica: “En líneas generales, no me parece bien. Me parece bien en el sentido de que voy a poder estudiar en cualquier país europeo que se equivalgan las cosas, pero no en cómo se equivalen. Creo que haría falta una reforma distinta”. Tiene 21 años y es estudiante de 4º curso de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, y de 1º curso de Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Respecto a que las becas-préstamo financien a los estudiantes, no está de acuerdo en absoluto: “Es de las peores cosas del Plan Bolonia, ya que digamos que el Banco se mete en la Universidad. Es decir, me parece fatal que para estudiar el postgrado que va a ser obligatorio, haya que ir un Banco a pedir un préstamo, y más en una Universidad Pública”. Esto es por lo que han protestado todas las Plataformas contra Bolonia, un asunto que si no es el más controvertido, es uno de los más controvertidos, y los afectados directos son los estudiantes. Principalmente porque muchos de ellos están estudiando gracias a las becas, como explica Esther Marchante Guillén, de 21 años de edad y estudiante de 4º curso de Periodismo. Esther, que tiene una opinión similar a Laura, señala: "Me parece mal porque yo pienso que muchas personas necesitan precisamente la beca para poder estudiar, si no, no se lo podrían permitir. Quizás con esto, va a ver mucha gente que no va a poder estudiar". Por otro lado, Juan está en desacuerdo pero da otro enfoque distinto: "Las becas-préstamo son un atraso, porque lo que van a conseguir es que las empresas paguen las carreras. Con lo cual van a conseguir que muchas carreras que no sean rentables, no se hagan".

Además de carreras, es posible que se produzca la desaparición de asignaturas que no tengan demanda social y que, a pesar de ser importantes como son las historias, van a pasar a ser optativas, en lugar de ser anuales, como expone Esther.

En cuanto a la reducción de las licenciaturas y diplomaturas a 4 años, Juan manifiesta: "Nos va a perjudicar porque ahora nos van a llamar graduados, igual que los que hicieron 3 años. A parte, se va a perder un poco de profesionalización. Aunque me parece bien que se especialice el 5º año, pero no como se va a hacer, a base de dinero y de empresas". Laura cree que este cambio no va a ser nada beneficioso para ellos, ya que no mejora el aprendizaje estudiantil: "Si en cuatro años, siguen impartiendo las mismas materias y los mismos contenidos que imparten en cinco, me parece bien. Es una forma de aplicarnos más y más rápido. Pero el problema es que no va a ser así, sino que se van a reducir contenidos y estudiar Periodismo va a ser lo mismo que estudiar Magisterio. Lo que va a contar luego, va a ser el Postgrado que te saques, que es para lo que vas a tener que poner dinero y pedir el préstamo al Banco". Para terminar, Esther concluye que no le parece ni beneficioso ni perjudicial sino: "Mientras que tú vas a estar ahora estudiando tu carrera de 5 años, si más adelante la van a poner a 4, tú siempre vas a tener que hacer algo para destacar, algún máster o algo más, y hay personas que quizás no se lo puedan permitir".

Angel Luis Rubio Moraga, doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y Licenciado en la Rama de Periodismo por la misma Universidad, considera que el Plan Bolonia es un cambio necesario, pero quizás no en esa dirección: “Hay muchos planes de estudio de bastantes carreras que necesitan una renovación. Sin embargo, el cambio no va en la dirección que se supone que sería la correcta. Es decir, no es que haya más prácticas que a lo mejor sí, pero se va a quedar cojo en muchos aspectos. Sigue sin haber idiomas, a nivel de prácticas no es que no haya, pero depende de otro problema distinto que es la masificación de la Universidad Pública, y en este caso, en esta Universidad es un problema”. Este profesor de las asignaturas de Historia del Periodismo Universal e Historia del Periodismo Español en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, añade que la mayoría del profesorado no está a favor del Plan Bolonia, salvo raras excepciones. Fundamentalmente porque les han intentado vender una cosa que no es real; que trabajarían lo mismo que hoy en día a más o menos el mismo sueldo. Pero en realidad, simplemente echándole un vistazo a cómo va a cambiar la forma de docencia, implica no el doble sino tres veces más del trabajo actual. En algunos casos, a muchos profesores les va a costar sudor y lágrimas, porque implica más uso de las nuevas tecnologías, algo que es muy positivo que es quizás una relación más directa con los alumnos en clase. Pero que no es del todo posible porque no se habla de grupos de 50 que es lo que se pretende, se habla de grupos que en la mayoría de los casos no van a bajar de los 100. “No es un planteamiento más o menos acorde, es decir, son asignaturas que para empezar son todas cuatrimestrales. Con lo cual si ya de por sí, los estudiantes, cuando salen de algunas carreras de Ciencias Sociales, llegan a la conclusión de que no saben ejercer lo que han estudiado, probablemente, cuando salgan estos planes nuevos saldrán con la misma conclusión, o incluso peor. Porque en realidad, van a saber mucho de todo pero no van a ser expertos en nada. Así que aporte algo, pues quizás va a aportar un mayor conocimiento en distintas áreas que hoy en día no se están explicando en esta carrera u otras de Ciencias Sociales, pero no van a salir preparados. Y se van a dar cuenta cuando terminen esos cuatro años de Grado, de que no tienen lo suficiente para ejercer las correspondientes profesiones. Estamos hablando de un máster que cuesta un dinero, que es mucho más especializado, que probablemente les va a aportar ese puntito de especialización que no van a tener en la carrera, pero que no les va a formar por completo”, dice Rubio Moraga, refiriéndose a lo que puede aportar a la Educación Española este nuevo plan.

Esto supone un cambio radical que no consiste en preparar a estudiantes para cumplir una función sino que lo que pretende esta Universidad Nueva con los planes de Bolonia, es preparar al estudiante para lo que la sociedad demanda. Y en realidad la sociedad no es que demande, las que mandan son las empresas. Hasta el punto de que ya hay muchos acuerdos, vinculaciones, etc., que desde un punto de vista, pues son interesantes porque ofrecen bolsas de prácticas, pero que al fin y al cabo, lo que acaba es convirtiéndose en una especie de red en que las empresas van a ir acaparando pues lo que les interese de la Universidad Pública. No es que se trate de la privatización de la Universidad Pública, pero va a ser una Universidad en la que poco a poco la iniciativa privada va a tener más peso de lo que hoy en día tiene. Por eso, se entienden esas protestas, sobre todo, por parte del alumnado. Porque casi nunca, la entrada de empresas privadas ha sido positiva en un sector público.
Respecto a la posible desaparición de carreras de letras como Filosofía o Historia, incluso de ciencias como Biología o Químicas, el Doctor de Ciencias de la Información explica: “No estoy de acuerdo, son carreras que tienen infinidad de salidas y que no es lo que el nombre indica. Estas carreras las tienen, es cuestión de buscarlas. Es cierto, que últimamente, se estaba generando un gran nivel de desempleo, que había poca gente que salía de esas carreras y se colocaba inmediatamente, pero eso es difícil en todas las carreras. Podían haber continuado perfectamente, siempre y cuando hubieran contado con un Postgrado más o menos especializado y eficaz “.

Aporta una visión complementaria y fundamental el miembro de la Junta de Personal Docente de la Universidad Complutense y miembro electo en la Junta de la Facultad de Ciencias de la Información, además Coordinador del Programa Doctorado del Departamento de Historia de la Comunicación Social de la misma Facultad, Javier Maestro. “Para homologar los títulos hace falta introducir algún tipo de cambio en los títulos universitarios. Eso está bien para promover la movilidad y el intercambio, y poder ejercer la profesión en cualquier país de la Unión Europea. Ahora bien, si quieren implantar esos nuevos planes que suponen un cambio en la metodología de enseñanza es decir, una iniciativa mayor para el alumno, esto implica grupos más reducidos, más practicas y se supone que más dinero, pero aquí no hay dinero. Entonces sin dinero no se puede hacer un cambio tan brusco. Y que es lo que ocurre, que la gente protesta por este motivo ya que se señala que la universidad se va a vender a la empresa. Pero yo no soy contrario a que la investigación sea compartida con alguna empresa o institución. Me parece que hoy en día es necesario dar una utilidad social a la investigación”.
Según Maestro, este nuevo plan va a suponer un mayor esfuerzo por parte del profesorado. Un seguimiento sobre todo, de la forma en que el alumno va aprendiendo, significa cambiar los métodos de enseñanza. Ahora el alumno tiene que participar, realizar trabajos, el profesor también tiene que estar a la última en cuanto a nuevas tecnologías. Pues van a tener que requerir On line, el Campus Virtual y correos electrónicos a mansalva. Eso es mucho trabajo y si no se invierte dinero para que sean menos alumnos, para que no sea tanto trabajo, es muy difícil de atender.

“Están creando algo así como una Escuela de Formación Profesional, es decir, que se aprenden pocos conocimientos y luego los alumnos tienen que buscar un empleo mal pagado generalmente, y en unas condiciones precarias. Y en eso tienen razón de protestar los alumnos, porque si se exige una profesionalización tiene que ir acompañada de unas condiciones de trabajo adecuadas”, sostiene el profesor de Historia del Pensamiento Político y Social del siglo XIX y de Comunicación y Movimientos Sociales Contemporáneos en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información.
En cambio, las Becas Préstamo no le parecen mal, ya que en otros países se está haciendo y los estudiantes salen adelante. También decir que lo considera interesante porque primero, permite que la gente se independice y no esté con los padres hasta los 30 años, y segundo, que se desenvuelvan en la vida sin estar tan arropados. Pero todo lo nuevo asusta.
Maestro no piensa que los estudiantes estén en contra del Plan Bolonia, sino que están en contra de cómo se está llevando a cabo el plan y algunas formas de aplicar el plan en este país. Porque nadie dice que no quiera que se le reconozcan los títulos en Europa, u homologarse con ningún estudiante europeo, o estudiar cinco años en vez de cuatro. Es más, ellos mismos dicen que las carreras se repiten un curso tras otro, y por ello, se pide un plan más coherente y menos repetitivo.

Otra cuestión en la que expresa un punto de vista diferente que el de los demás profesores, es en la supresión de algunas carreras de ciencias y de letras. Él cree que es imposible que desaparezcan carreras ya que esto podría actuar de forma fulminante en la enseñanza privada, lo que sí que puede pasar es que se vaya a destinar menos dinero en estos sectores. En conclusión, hay que saber que significa con exactitud el Plan Bolonia para poder tener una opinión bien fundamentada.

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